Yo le admiro. Admiro su capacidad de volver a intentarlo, de ver
siempre el lado positivo de las cosas, aunque a veces no haya mucho que ver. Le admiro su capacidad de ver más allá de
los errores de las personas a su alrededor y pensar en el bien común.
No, no es que sea una persona perfecta, sabe muy bien sus defectos,
los errores que comete, y quizá por eso sabe que todos los cometemos, no juzga
ni señala, no se toma demasiado tiempo en rencores, avanza, porque sabe el valor de cada día, que el sol de
hoy no será igual al de mañana y no piensa perderse ninguno.
Me he equivocado, seguramente no he sido la amiga ejemplar, pero esta persona, mi persona, sabe
perdonar y ve en mi cosas que a veces me niego a mí misma. Sabe que
inclusive le he tirado piedras, que en momentos de desesperación suelo
equivocarme, pero es paciente y deja que las cosas se calmen para arreglarlo
todo y volver a empezar. Sabe que
construir juntos es mejor que destruirnos, que entre más personas trabajemos
por mejorar el mundo mayor impacto tendremos. Cree en un mundo mejor para todos
y trabaja diario para lograrlo, lo cual le admiro y me hace respetarle
enormemente.
Pone el ejemplo, mucho más allá
de los discursos que cualquiera pueda inventarse, poner el ejemplo mueve más
consciencias y corazones y lo hace con gusto y pasión.
Seguramente tenemos una persona en nuestra vida que nos motiva, que nos
impulsa y que siempre cree en nosotras inclusive cuando nosotras mismas dejamos
de creer, sin embargo cuándo se lo
hemos agradecido, o inclusive, cuándo se lo hemos reconocido, pues bien, es el
momento de hacerlo, ya que eso antes que nada nos dará paz y por otro lado,
dando el primer paso iniciamos un movimiento de bendiciones que puede tocar
otras vidas que quizá hasta desconocemos.
¿Quién ha estado en tus peores días? ¿Quién te ha escuchado furica o destrozada?
¿Quién se ha preocupado por cómo te encuentras? ¿Quién es sincero y te dice lo
que necesites oír, aunque no quieras? Si sabes quién o quiénes son esas
personas exprésales tu sentir, habla, escribe, abrázalos fuerte, será una gran
sorpresa y los fortalecerá aún más.
Erróneamente creemos que las
personas no necesitan saberse queridas ni apreciadas, porque no nos enseñan a
expresar amor, sin embargo eso nos ayuda a reconocer nuestras emociones y hacer
solida cualquier tipo de relación; esas
personas merecen todo nuestro reconocimiento, porque creyeron en nosotras,
porque nos acompañan en este camino que sabemos no es fácil y porque en
gran medida, gracias a ellas seguimos. Y ahora cuéntanos: ¿Quién es esa persona, que como a mí, que te hace seguir en pie?
#SeamosLuzDelMundo
Cynthia Aguilar.
Formadora en Inteligencia Emocional y Empoderamiento.
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